Una de las cosas buenas de la niñez es que nos alegrábamos por sencillos detalles, usábamos tanto la imaginación que una simple caja podía ser un fuerte, un carro de carreras o un gran castillo.
No nos enfoquemos en tratar de "satisfacer" o "subir nuestro ánimo" en cosas materiales, tan vacías que nos convertimos más bien esclavos de ellas...
¡Veamos el día de otra manera, recordemos lo emocionante que era cuando fuimos niños!
¡Desde ya feliz fin de semana Amigos!